El robo de combustible y uso ineficiente del mismo en las flotas empresariales son problemas que afectan negativamente el rendimiento y la rentabilidad de las empresas en México y Colombia. Además, el alto costo de la gasolina y el diésel ha provocado que algunas empresas adopten prácticas inadecuadas que afectan la rentabilidad y función de sus flotas.
Datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) indican que el robo de combustible en México representa una pérdida económica de más de 3 billones de pesos anuales. Esta pérdida es equivalente al 1% del PIB del país y afecta principalmente a empresas transportistas. Además, se estima que el uso ineficiente de combustible en las flotas empresariales en México puede aumentar el consumo de combustible en un 35% en promedio.
Según un informe de la Fundación para la Educación Superior y el Desarrollo (Fedesarrollo), en Colombia se pierden 2,5 billones de pesos al año debido al uso ineficiente de combustible en el transporte. Este informe también indica que el aumento en los precios de la gasolina y el diésel ha llevado a que el sector transporte en Colombia se haya vuelto menos rentable, lo que afecta la competitividad de las empresas y la economía del país.
Alza de precios en la gasolina
El aumento en los precios de la gasolina en Latinoamérica afecta a millones de vehículos y personas diariamente. Por ejemplo, el gobierno de Colombia decidió quitar los subsidios de gasolina y aumentar los precios para acortar el déficit que acumula el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles. Esto llevó al aumento aproximado del 10% del costo de combustible en los últimos 7 meses; el plan del Ministerio de Hacienda es hacerlo llegar hasta a los 16,000 COP por galón en un plazo de año y medio.
El Gobierno de México también realiza subsidios que influyen en los precios de gasolina. Sin embargo en los últimos meses la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) aplicó una reducción en el subsidio al Impuesto Especial Sobre Producción y Servicio (IEPS) de las gasolinas y el diésel.
De diciembre de 2022 a marzo de 2023, según las cifras de la Comisión Reguladora de Energía la gasolina en México aumentó 7.82%. Según el análisis presentado en El Economista, la gasolina en México actualmente cuesta 31% más que en Estados Unidos.
Robo de combustible
México
Las redes de extracción y robo de combustible en México son un delito que provoca pérdidas de hasta 60 mil millones de pesos anuales al país. Este robo de combustible de los ductos de Petróleos Mexicanos (PEMEX), conocido como huachicoleo, lleva por consecuencia el aumento de precio de gasolina para los usuarios debido a que Pemex y otros transportistas de petróleo tienen que trasladar estas pérdidas a las tarifas. Bloomberg estimó que de enero a junio de 2021, PEMEX perdió 2,900 millones de pesos mexicanos por robo de gasolina y gas licuado.
Este es un problema que además vincula al crimen organizado y a las comunidades aledañas a los ductos, que ha derivado en un mercado ilegal que se ha vuelto muy complicado de controlar. El gobierno mexicano ha tratado de implementar estrategias, como el cierre de válvulas que abastecen los oleoductos, para evitar que los huachicoleros extrajeran la gasolina, pero con esto interrumpió el suministro del combustible a diversos estados del país, lo que provocó grandes pérdidas a las empresas transportistas, de abasto de alimentos y fabricantes de autos.
Otra forma de robo de gasolina es la ordeña de diesel a los vehículos por parte de conductores. Muchos choferes ordeñan sus propios camiones al orillarse en lugares estratégicos en las autopistas, lo venden allí y compran producto de baja calidad ordeñado de precio más bajo para reemplazar el faltante. Se calcula que en México el consumo de diesel es de 385 mil barriles diarios; de los cuales, aproximadamente 128 mil provienen de una fuente clandestina.
Esta mala práctica representa un doble daño para las empresas: además de la económica en la compra de combustible no utilizado (y vendido clandestinamente), también existen las pérdidas provocados por el daño causado a los inyectores al utilizar combustible de baja calidad.
Una primera indicación del robo se puede observar al verificar los registros de combustible, observando si las cifras son demasiado altas o bajas para el kilometraje asociado. Otra forma en la que se puede detectar el robo es asegurándose de que todos los vehículos tengan el mismo nivel inicial de combustible antes de salir a recorrido y comparando al finalizar el mismo, ya que si hay diferencias significativas entre ambos datos es claro indicio de que parte del combustible fue robado por alguno miembro externo a la flota.
Para evitarlo, es necesario contar con sistemas de verificación del suministro de la cantidad de diésel autorizada y que no sufra de ordeñas en el camino.
Colombia
Con la producción de cocaína en Colombia alcanzando niveles récord, según estimaciones de la ONU, el robo de petróleo va en aumento: el volumen robado de dos de los principales oleoductos de Colombia se ha más que triplicado desde 2018 a un promedio de 3.447 barriles por día al 30 de noviembre de 2022, según a datos policiales.
En Colombia la gasolina artesanal ayuda a impulsar el tráfico de drogas y se utiliza para fabricar cocaína. Las hojas de las plantas de coca se sumergen en pategrillo (la gasolina rudimentaria, llamada así por su color verde) para extraer compuestos alcaloides y así elaborar el narcótico. El pategrillo también se envía a países como Venezuela de contrabando y es perfecto para impulsar maquinaria pesada en operaciones mineras ilegales.
Alrededor de 951 barriles por día fueron robados del Transandino en los primeros 11 meses del año 2022, un alza de alrededor de un 5% frente a los niveles de finales del año pasado.
La policía de Colombia había destruido 112 refinerías clandestinas en la región de Tumaco hasta mediados de octubre, en comparación con las 103 allanadas durante todo el año pasado y a las 112 destruidas en 2020, dijo a Reuters el coronel William Castaño, director de la policía rural de Carabineros.
Robo de combustible e impacto en las flotas empresariales
La gasolina es el segundo costo más alto para los dueños de flotas, después de la depreciación. En términos de costos operativos, el combustible representa (en promedio) 60% del gasto operativo de una flota empresarial, por esta razón es crucial que este gasto sea administrado correctamente para evitar que se salga de control y presupuesto.
Es imposible controlar los precios de los combustibles, son impredecibles y las regulaciones locales hacen que cambien drásticamente de país a país. Entonces para los administradores de flotas es mucho más importante centrarse en aquellos factores que pueden controlarse como el comportamiento del conductor, el mantenimiento y otros parámetros operativos.
El 85% de los factores que afectan el rendimiento de combustible de un vehículo, son factores controlables como: hábitos de conducción, ruta elegida, mantenimiento puntual de la unidad, cambios en la transmisión y ayudas aerodinámicas que se pueden añadir a los vehículos. El clima (15%) es el único factor que no se puede controlar.
Los altos niveles de consumo de combustible en las flotas empresariales pueden tener varias causas. Por un lado está el estado de los vehículos, especialmente si los mismos no se mantienen en buen estado o se encuentran sucios y desgastados. Si esto sucede se genera un desgaste extra al motor que hace que consuma más combustible. La selección adecuada del tipo de vehículo para las tareas asignadas es también clave.
Los datos que proporcionan las plataformas telemáticas son de gran utilidad para el ahorro de combustible. Monitorear los tiempos de inactividad o ralentí, revisar historial de viajes u optimización de rutas podrían reducir los gastos generales de combustible.
Otro factor de comportamiento del conductor es la velocidad del vehículo, que también influye en el nivel de consumo debido a que cuantas más revoluciones por minuto (RPMs) haga el motor para mover el vehículo, mayor será el consumo de combustible. Establecer límites de velocidad adecuados para los conductores ayuda a reducir significativamente el consumo.
Detectar el robo y gasto innecesario de combustible en una flota empresarial puede ser una tarea complicada que requiere de varias medidas de precaución, tecnología y procesos adicionales. Además, se recomienda implementar protocolos y sistemas controlados tales como el uso obligatorio de llaves maestras para tanques con candados, sistemas GPS y telemática avanzados e información sobre el comportamiento anómalo a lo largo del trayecto; estos últimos permitirían detectar paradas irregulares que suelen preceder al robo.
De esta manera, un monitoreo constante y adecuadamente documentado ayudará a minimizar y prevenir los robos incluso antes de que ocurra.
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